lunes, 4 de octubre de 2010

JUAN SALVO EN PALERMO JÓLIBU

Cristian Mallea y Solano López en Viñetas Sueltas

El pasado martes 28 de septiembre, en el local Libros Del Pasaje y en el marco de Viñetas Sueltas (el festival que organiza Tom Dassance y que este año se atomizó esperando dar un zarpazo mejor para el año que viene) se realizó la presentación de las últimas ediciones de El Eternauta: "El Perro Llamador" y los últimos tres fascículos del llamado "Regreso"; todo publicado por Doedytores., la marca del amigo Javier Doeyo. En dos de estas publicaciones participamos Jok y yo, en el "Perro..." Jok hizo los estampillados y yo las páginas finales a lápiz y tinta; en el caso de la tapa que podrán ver más abajo pasó una cosa parecida, el realizó bocetos y yo me quedé con uno, lo hice a lápiz y pinté. Bueno, así fue que nos metimos por la ventana de este fantástico tren hacia el universo creado por Oesterheld y Solano.

El bonito espacio de Libros del Pasaje. De izq a der: Mallea, Sala, Solano, Sanz, Iñaki, Maissonave y Oyola.

Con la desopilante conducción de Gustavo Sala, la conversación del martes sirvió de excusa para presentar además de las ediciones del Eternauta de que hicimos mención, el libro recopilatorio "Simón" (gran obra de Carlos Trillo y Eduardo Risso) y "Negro el 10" de Santiago Maissonave e Iñaki. Los compañeros de charla -además de Iñaki Santiago- fueron el escritor Leo Oyola (un gauchazo de Lafe y Morón, que fue el único que sabía dónde quedaba mi barrio de crianza Ingeniero Brian), Salvador Sanz (autor también de otra tapa y uno de los capítulos del Perro llamador), Pol Maiztegui y Francisco Solano López. Un lujo.

La tapa que hice para el anteúltimo capítulo de la saga del Regreso de El Eternauta.

Fue una bella charla en la que Solano, como siempre, nos dió una lección de grandeza, humildad, honestidad y sabiduría; todo a la vez. Entre el público hubieron colegas y amigos como José Massaroli, Mariano Chinelli, Javier Suppa, Esteban Quinteros y el responsable de todo esto, el Sr. Javier Doeyo. La gente se prendió luego a la firma de ejemplares y agotaron a Solano que salió huyendo después de un rato.

Con el amigo cordobés Pol agregado a la charla, ya estábamos todos.

Nos fuimos contentos de haber cruzado el oeste tras esa pista cada vez más incierta pero también ubicua de Juan Salvo y su destino.

Abrazo,
Cristian

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