¿Se acuerdan de aquél proyecto en conjunto entre Jok y Gervasio?. El proyecto ese, en el que aparecía Freud y que estaban escribiendo a duo. Bueno, en este momento se está terminando la confección de la llamada "escaleta". La escaleta es una parte del proceso creativo en la que se detalla, con más o menos detalle según el caso, los sucesos (¿peldaños?) que viñetas, páginas y escenas llevarán adelante. En este caso, Gervasio y yo la estamos laburando como una ley en el parlamento, de una cámara otra según se sucedan correcciones y omisiones. "Yo agruegué esto, esto me parece que no va, bueno sacálo si sos un amargo al final, amargo son estos que tengo acá" y demás. Pero ya falta poco para hacerla comparecer ante el resto de los elepés, el gran momento de la verdad.
Por ahora podemos prometer sexo, intriga, un humor medio raro y pequeños toques bizarros. ¿Qué género es? una pregunta difícil para una obra nacida en el seno de La Productora... cualquier cosa que ponga sonará torpe. Y esta historieta, si llega a hacerse, será lo que quieras menos torpe.
A tomar la pastilla para la ansiedad y a aguantarse, que ya falta menos.
(Adjunto facsímil de una vieja versión de la escaleta mecanografiada con correcciones manuscritas, con algunas palabras claves tachadas porque soy un enfermito. Los caracteres tal vez no se vean del todo claros, esto también se debe a que soy un enfermito.)
miércoles, 18 de junio de 2008
¿ESTOY MUY ENFERMO, DOCTOR?
viernes, 6 de junio de 2008
Y DALE CON EL POLICIAL, NOMÁS
Rompecabezas, literalmente
¿Se acuerdan aquél post que hablaba sobre un proyecto que...? Desde luego que no se acuerdan. Los pongo en tema: Siempre había querido escribir un policial, con pistas, víctimas, un asesino y un implacable investigador. Mucho quilombo. Envidio sinceramente la capacidad de aquellos autores que desarrollan un rompecabezas narrativo capaz de desorientar al lector, y que al final se las arreglan para asignar sentido a cada elemento de la trama. Pero mi propia incapacidad no me iba a dejar con las ganas. Sino, pregúntenle a mis compañeros de fútbol.
(Acuarela libre y conceptual, buscando nociones y personajes)
¿Me podré subir al tren de Míster Harris?
Luego de leer las novelas de Thomas Harris, me di cuenta de que podía conectarme con su enfoque... resulta que este tipo se desempeñó en el periodismo policial durante nueve años y es un especialista en metodología forense, criminalística, además de escribir historias la mar de entretenidas (sí, es el creador de Hannibal Lecter, el villano de “El silencio de los corderos” conocida en el cine como “El silencio de los inocentes”). El tipo tira una consigna extravagante, disparatada, atroz y repugnante, y después teje los hilos entre estos hitos brutales en un marco realista, documentado, rico en concretos detalles de procedimientos científicopoliciales (fruto de sus años en el periodismo policial). Esa es para mí la clave de su éxito, hacer muy creíble una serie de detalles irreconciliablemente exagerados.
¿La CIA es masomenos como la SIDE?
Pero era imposible que nada de lo que ocurre en aquellas novelas ocurriera en Argentina. Imposible. ¿Cuál es el equivalente del FBI acá? ¿la policía federal? ¿y qué hay de los recursos científicos y de infraestructura?. Ninguna adaptación de esa metodología resultaría creíble, no. Pero yo quería hacer una de asesinos seriales... y dale Juana con la canasta.
De esos no tenemos (por suerte)
Pero eso tampoco era demasiado factible... en Argentina no hay asesinos seriales tal cual los denominan allá (el petiso orejudo se parece bastante, pero no abundan ese tipo de casos, aunque José De Zer intente desmentirme desde viejos tapes de Nuevediario). Los señores rubios del norte aseguran que esto se debe a que las técnicas subdesarrolladas no están lo suficientemente desarrolladas (je) y que por eso los homicidas reincidentes resultan indetectados como lo que son. No es que no los tengamos, sino que nuestras propias incapacidades no nos permiten individualizarlos como tales. Me cago de la risa. Lo que yo creo es que, sencillamente, los serial quiler primermundistas se queman así, se dejan los bigotitos y salen a reventar rubias de cachetes colorados por las rutas. Y que acá la gente revienta de otra forma, punto. Es un razonamiento simplista, ya se... ¡pero los señores rubios del norte me han superado en simplismo con su ingenua explicación!. De todas formas, me las rebusqué para que el asesino tuviera las características que yo buscaba (¡ya verán!).
(Facsímil de una fracción de la documentación reunida sobre asesinos seriales)
Tampoco te pases de inteligente
También me atraía la idea de un investigador improbable, alguien con alguna capacidad estrafalaria, que rozara lo fantástico. Y ahí cuajó perfecto Simón Luzmala. Simón era un personaje que yo había creado diez años atrás y que nunca había encontrado el caldo adecuado para cocinarse. Simón era un librero solitario, de carácter huraño... ¿lo convierto en un escritor? ¿alguien más interesante para desurdir una trama? Podría ser, los escritores son inteligentes. Qué cagada que sean más inteligentes que yo... no, no me voy a poder conectar. ¿Y porqué no librero?... ¿y si en vez del método deductivo (¿ciencia?) utilizamos la lectura/literatura (¿arte?) como medio de resolver un crimen?. ¿Y cómo un librero termina metiéndose en una investigación? ¿Y de qué le va a servir lo leído para resolver una serie de asesinatos?... uhhh, ¡quién me manda!.
(Jugando con la noción ficción versus realidad)
Me fuí de tema
Escribir el guión fué una fiesta y un sufrir. No quería que la cantidad de páginas se extendiera demasiado, tenía que meter cuatro elefantes en el proverbial fitito. Traté de colar algunos temas que me parecían interesantes de mezclar con el típico relato policial (como para degenerar un poco el género, costumbre de La Productora). Así es que en la trenza entraron la amistad, el aislamiento, el rol de la ficción, limaduras malas y buenas, el desencuentro amoroso y dos o tres cositas más que terminaron creciendo y eclipsando, casi, a la intriga netamente detectivesca.
(Primer manuscrito del guión. La mayoría de la data fué editada en la versión final)
Al cajón, Chirolita
Fué luego de terminar el guión que surgió la posibilidad de que LP viajara a Anguleme... y a último momento me decidí a realizar unas páginas de muestra para tentar a la suerte. Dicen que llamó la atención de algún editor francoparlante, pero no hubo llamado ni segundo contacto.
Fué ahí que decidí no impacientarme y aguardar la llegada de un padrino benefactor que pudiera bancar la producción de la historieta. Aunque más no fuera en blanco y negro. Y esperé.
(Muestra de lápiz)
Llamado misterioso
El que espera desespera, hasta que recibí el llamado de un famosísimo artista y amigazo de la casa, que me propuso integrar un proyecto en el que él se desempeñaría como coordinador artístico y editor ejecutivo. Su gran generosidad hizo posible que yo lo convenciera de torcer su intención inicial para conmigo y mi participación en el proyecto. Fué así como prosperó la posibilidad de desarrollar Simón Luzmala y el Retrato Robot full-full (mantendré el nombre de esta afamada figura de la historieta internacional en sombras por un tiempo más, muejejeje je).
(Portada)
La monada
No quisiera ser ingrato y olvidarme de aquellos que me tendieron una mano en esta patriada (además de aquél afamadísimo e innombrado artista que me brindó un espacio en su proyecto de alcance nacional). Tampoco cabe duda de que esta historia nació y se desarrolló en la atmósfera y método de La Productora (de hecho, ahí mismo fuí alentado a sentarme a escribir el guión formal luego de comentar el concepto básico). Y Quiero agradecer especialmente a Don Jorge Blanco que, desinteresadamente, me ofreció (insistentemente) sus codiciados servicios de color, hoy un punto fuertísimo de la narración de esta historieta. Del mismo modo han sido muy generosos en sus devoluciones de la lectura del guión los señores Aón y Gervasio, yo sé que leer guiones es un embole y ellos fueron valiosos mártires a la causa. Otras opiniones para agradecer fueron las de los internacionales Rodolfo Santullo y Max Aguirre. Sus palabras de aliento y advertencias han sido oro en polvo. Y por último, y no menos importante, un gran gracias al Ingeniero Cristian Mallea, que ha realizado una impecable y carísima edición de diálogos (¡y grátis!). Y a mi señora que me da carta blanca para darle y darle a esto en horas que descaradamente le robo a ella.
(Muestra de lápiz)
Ahora le toca a usted
Simón Luzmala sigue en proceso de producción y es uno de los grandes gustos que me estoy dando este año inolvidable. Lo he intentado con gran esfuerzo, pero sólo puedo hablar de intenciones. Ustedes, queridos lectores, serán, como debe ser, quienes completen este trabajo.