Nestor Digest: septiembre 2007

Del día 3 al 9 de septiembre se realizó el séptimo, y sin duda uno de los mejores, Tinta Nakuy de Tucumán, el encuentro de historieta, humor gráfico y cineanimación del norte argentino organizado por nuestros "primos" de la Unhil. Una vez más, el Tinta volvió a ser uno de esos eventos de los que uno no se quiere ir jamás. Y un nombre muy ilustre y muy querido de la historieta nacional bien podría resumir el espíritu de este Tinta Nakuy: Carlos "Chingolo" Casalla, les aseguro que el show fue casi todo de él...

El Chingolo dibujando un caballo en un minuto. Al lado, un magnífico original de una historieta suya.

Llegado desde su pago sureño, Bariloche, y luego de treinta y pico de horas de viaje en micro, Casalla arribó a Tucumán con sus asombrosos originales bajo el brazo, su encantador histrionismo y su ejemplo de dignidad laburante. Porque pocos como el creador del Cabo Savino, han llegado tan lejos y con tanta dignidad a ser uno de los máximos referentes de la historieta argentina. Y eso es lo que se la pasó haciendo el Chingolo durante el Tinta, dando ejemplo de juventud (¡a los 81!), laboriosidad y carisma. Dibujó mucho para juntar plata para los pibes del hogar de niños "Eva Perón", hizo solos de percusión con cacerolas (es un gran baterista de jazz), contó anécdotas jugosísimas y levantó el ánimo cuando los imbéciles de siempre pusieron las cosas difíciles; pues hubo quilombo vario, desubicación y hasta piñas entre los outsiders de costumbre en este tipo de eventos, gente que no tiene nada que ver con la historieta. En fin.

Noche de ronda en Tucumán: Mallea, Vero, Chanti, El Oso, Fede y Jaime. Sejo y César Carrizo, dos grandes dibujantes ante el público. (foto: gentileza Chanti)

También se corrieron hasta el jardín de la República muchos amigos. Amigos como Rubén Meriggi y Reneé, su sra. (trayendo material de Thalos, Domus y ExAbrupto); el nicoleño Marcos Vergara de Aquelarre Producciones; el zarateño Laureano Álvarez y el campanense Adrián Graf, todos de la hueste del Ale Farías de la porteña Dies Mercuri; también los chicos del Círculo del Cuadrito -Chanti, Verushka y Jaime Suárez- de Mendoza; Carlitos Lottersberger de Córdoba y Sebastián Velásquez de Idioteque de Jujuy. Entre los locales tuvieron su stand los grupos Cerebros, La Jaula, Villa Bom, El Piojo Loco y los muchachos de Tipos Vivos que se nota vienen teniendo un crecimiento exponencial desde la primera vez que pisamos suelo tucumano. Por supuesto, la estrella editorial tucumana del encuentro fue el primer libro de la Unhil, el espectacular "Invasión", editado por Thalos, del que ya hablamos aquí en ocasión de la muestra en el Cabildo (que se ha extendido hasta octubre).

En el hogar de niños "Eva Perón", Marcos Vergara y los chicos. Al final, con Néstor Martín, César Carrizo, Federico Miniaci, Verushka, Chanti y los dibujos de los pibes.

El día sábado por la mañana, realizamos una visita al Hogar de Niños "Eva Perón", situado en el Parque 9 de julio, en el corazón de la ciudad. La cosa ahí fue tremenda, mientras dibujábamos y enseñábamos a dibujar (o tratábamos, pues a varios de nosotros se nos notaba el impacto del momento) a los changuitos que pasan sus días allí, lejos de sus familias y hasta judicializados y medicados algunos, refrendamos una vez más la importancia y utilidad certera del dibujo y la historieta como modo de expresión y salida posible a este tipo de realidades tan duras. Por la tarde, nos fuimos con los cumpas mendocinos y Fede Miniaci de guía al cerro San Javier a darnos un baño de naturaleza, a pesar de que la caña quemada que flotaba en el aire no nos dejó ver como en otras ocasiones Tucumán desde arriba. Luego, ambos grupos, el CC y LP, nos fuimos al Virla a participar de algunas charlas. En la primera Chanti, Verushka y Jaime hablaron de sus libros ("Seres de Leyenda" y "El Futre"), en la que siguió charlaron sobre historieta y educación los chicos de Piojo Loco y Sejo, Marquitos Vergara y Chanti por Banda Dibujada. La última fue sobre historieta independiente y otras yerbas, sobre todo políticas, gremiales, a esta se sumó el Chingolo, dando su apoyo inestimable y fundamental. Todo lo coordinó César Carrizo y fue un lujo de análisis de parte de los disertantes y de atención de parte del público.

Las charlas del sábado. La de los mendocinos del Círculo del Cuadrito: Jaime Suárez, Chanti, Verushka con César Carrizo. Y con el Chingolo, el que escribe, Alejandro Farías, Sebastián Velásquez y Chanti en la charla sobre historieta independiente.

El domingo hicimos el asado de costumbre -donde la cereza del postre fueron las desventuras de Graf y cía.- y jugamos un partido en el que la insólita fuga del equipo local, mientras la contienda aún discurría en la infernal siesta tucumana, dió por ganador al equipo visitante: Farías, Mallea, Graf, Álvarez, Lottersberger y Meriggi, que aún faltos de aire, hicieron morder el polvo al team tucumano. Qué vasér. Por la tarde hubieron más charlas (partipamos de una dirigida a lo laboral, su búsqueda y direccionamiento), desfiles de disfrazados, gomas varias, encuentros y despedidas y una cena hermosa y distendida en la que todos nos sentimos como miembros de una gran familia presidida por el Chingolo y su gran compañera Carlota. Luego todo fue, abrazos, despedidas sentidas y urgentes y a volar, aunque algunos, los de siempre, trasnochamos largo y tendido.

Una vista del CC Virla del stand compartido entre LP, Thalos, Dies Mercuri y Aquelarre. Y el fulbito del domingo, tras la derrota del equipo tucumano.

Gracias a todos, queridos hermanos tucumanos -César, el Oso, Nico, Néstor, Jorge, Fede, Segundo, Bruno, Rodo, los Tipos Vivos, los Soria y Sejo- por el afecto y la hospitalidad y por hacerme pasar tan bellos momentos. De los otros, los malos momentos, ya hablaremos; hay cosas que se están cayendo de maduras y tenemos que aprender de eso para crecer. Me quedo con la confirmación de que siguen siendo un grupo formidable y fundamental en este nuevo hacer de la historieta latinoamericana y que con sus obras y sus actos están haciendo historia, no lo duden. Ahora me voy dejándolos con una foto de la hermosa trasnoche del domingo de cierre que pasamos en el fondo de un bar tucumano contándonos historias de fantasmas y energías en desorden. Quisiera pasarme la vida así...