lunes, 26 de noviembre de 2007

DE COLOMBIA CON ROBOTS

Hace algunos días, al fin de un viaje primerizo pero también iniciático, nos visitaron los colegas Joni B y Tomás Segundo Arango Tercero (conocido también como Vinagreta o simplemente Nomás), colombianos del grupo historietístico Robot de la ciudad hermana de Medellín. Si, ésa donde murió Gardel, donde se escucha tango y también hablan de "vos". La amistad con los robots comenzó cuando allá por el 2005 -y a instancias de Álvaro Vélez, alias "Trucha Frita"- los historietistas paisas (así se le dice a los naturales de Antioquía, región a la que pertenece Medellín) participaron de nuestro festival internacional de historieta Frontera, enviando páginas para la super muestra montada en aquel noviembre delirante de 2005.


La tapa del bonito libro que publicaron este años los robots, compilación de su clásico pasquín de una hoja como el que se ve al lado.

Luego de su mes viajero movidito -con muestra en la galería LDF de Ernán Cirianni y participación en un horrísono evento de historietas local-, los colombianos se volvieron a su querida y sacudida Medellín contentos y llenos de historias. Tanto, que Joni, por ejemplo, ya es parte del combo de historietas reales donde comenzó a publicar sus tiras de vida, todos los domingos. En su pasada por Morón, de la mano del enano Cirianni, nos comimos un buen asado y nos atragantamos con el famoso postre Don Pedro, no apto para blandengues como Joni que no pudo terminar su parte. Después, como para bajar la comida, charlamos sobre la realidad política y social latinoamericana, bah, sobre nuestras vidas. Ahí la cosa se puso más peliaguda, pues luego del relato de Joni sobre como su familia tuvo que huir de su pueblo natal acuciado por el terror y la muerte, el enmudecimiento y la impotencia nos ganaron el humor, el buen ánimo pero, creo yo, nos unieron -a los robots y a los elepés- un poquito más.



El almuerzo en un conocido restorán moronense, nótese como la bestial hambruna copó la charla intelectual y comprometida.

Bueno, esas fueron las postales y el mensaje: Latinoamérica unida jamás será vencida. Lástima que falte tanto para ver de verdad esa unión, pero en eso estamos, amiguitos, en eso estamos. ¡Felíz vuelta, Joni y Nomás! Los esperamos siempre.

Abrazo grande,
Cristian

11 comentarios:

Angel Mosquito dijo...

Quiero recordar que ni Joni B ni MaxMosku pudieron terminar el postre. ¡Vergüenza!

Angel Mosquito dijo...

Max Mosku vendría a ser el muchacho llamado Segundo Tercero, el de bigote. Lo de enano cirianni es verdad, es enano.
La copa se llama "Don Eduardo", no "Don Pedro", te equivocaste patronal.

Grupo Belerofonte dijo...

La copa Don Eduardo!!!!!
Todavía me acuerdo de la decepción de Mallea cuando, en cambio, pidió una copa Melba y nos miraba comer ese monstruo con bronca.

jajajajaja

cristian mallea dijo...

Es verdad, era Don Eduardo, debo haberme confundido con el famoso helado del otro nombre. Pero ya ve, don Rodo, esta vez tuve mi revancha. Che, para los que no los conocen: Tomás (también conocido como Max, o Max MOsku o Nomás) es el de bigote, el de rayado es JOni B.
MaAbrazo grande,
cristian

Lara Lee dijo...

Eah! La famosa copa de la casa!
La revancha de Cristian!

Algún día tengo que colarme en sus almuerzos para probarla, que mucho hablaron pero yo no vi nada.

Cam

Angel Mosquito dijo...

La copa don eduardo es el mejor invento gastronomico despues del asado de achuras. Un ser humano podría vivir a base de achuras y copa don eduardo...hasta los 30 años, claro, despues muere.

Aquelarre Producciones dijo...

dejen de morfar, vacas!!!
Marcos (a dieta)

cristian mallea dijo...

Ah, jaja, mirá quien dice, Marquitos envidioso. Ahora... hay que ser, a su edad dieta... ¡se va a enfermar!. Cam: estás invitada a un Don Eduardo cuando quieras, paga Mosquito.

Anónimo dijo...

el gordito es el que mejor dibuja.

ernan cirianni dijo...

yo tengo para decir tan solo una cosa, un dicho popular, que es verdad
"el enano se la pisa"

cristian mallea dijo...

Ah, viuda del cómis, ahí hay gordos y gordos... Si, Ernán, son tan cortitos que se la pisan la corbata... yo también te quiero.
Cristian