miércoles, 4 de abril de 2007

FRANCIA. DIARIO DEL VIAJERO ELEPÉ #04

Fin del viaje en Ciudad Luz.


Y por fin llegamos al último sitial de este alucinante periplo néstor: París. Imaginen tres pajueranos (porque a esta altura, el capitán Dassance nos había dejado para pasar unos días de merecido descanso en su pueblo natal) tres pajueranos, decía, semidormidos, extenuados por "la experiencia Angoulême", entrando a París abordo de la machine de Fran y Seb y allí mismito, alumbrada de luces multicolores la Tour Eiffel que nos recibe. Imaginen la extraña sensación que nos abrumó, estábamos ahí, por fin, en la mismísima ciudad luz.


Así vimos París por primera vez.

Los primeros días fueron de solaz esparcimiento junto a los amigos y de incursiones contemplativas por el cementerio de Pere Lachaise (visitamos las tumbas de Artaud, Chopin, Delacroix, Kardec, Morrison, Proust, etc), por los múltiples subtes parisinos, por el Jardin des Plantes y Notre Dame (junto a Jacques), por Versailles y Montparnasse (guiados por Miguel y François), por los museos Louvre y d'Orsay y por los puentes llenos de historia -Pont-Neuf, Pont des Arts, Pont Royal, etc.- que se extienden sobre el río Sena. Así nos fuimos acostumbrando al trazado callejero -sobre y bajo la tierra- de París, a sus voces políglotas (su fama de "Babel" no es cuento, en un viaje en metro puede uno oir todos los idiomas del mundo), al aire frío y al cielo plomizo. Y, por supuesto, al arte que lo inunda todo y está presente en cada esquina y rincón de la capital francesa.


Recién llegados, en Ménilmontant (observen la entrada art-noveau del metro). En el Louvre, admirando a Vincent.

Pasados esos días de embobamiento con la ciudad, comenzamos a prestarle más atención al mundito de la historieta. El viernes 2 de febrero por la tarde, luego de pasar un bello día en Montmartre junto a Fran, nos dirijimos hacia Belleville y la rue des Panoyaux, rumbo a un lugar milagroso, la librairie de BD "Le Monte en L'Air" -forma simpática de decir "ladrón", en argot franchute-, propiedad del amigo Guillaume. Milagroso, digo, porque este local sólo vende historietas independientes ¡y le va bien!. Allí realizamos la dedicace (presentación con dibujo en vivo) de la edición francesa de Carne Argentina, que ha sido todo un éxito de ventas (agotó la primera edición y ya se viene la segunda) más aún para una editorial que recién comienza como Editions Minuscules. La velada comenzó tranquila, llovía tranquilamente, lo que no fue óbice para que el boliche de a poco se fuera llenando de amigos, colegas, lectores, periodistas, editores y curiosos (y pensar que el día anterior, Guillaume había tenido asistencia cero durante la presentación de Jessica Abel, una estrella del cómic indie yanqui; ¿será que regamos con tinto? tomá pa' vo!). Nuestra amiga Caroline Arnaud cubrió (filmó) todo, vendimos duro y parejo, colgamos la bandera néstor en la puerta, compartimos escena con un colega mendocino Sergio Aquindo instalado allí hace años; y cerramos una jornada intensa junto a los amigos y con un Guillaume ostensiblemente felíz. Gracias de veras a François, Sebastien, Julien, Pierre, Caroline y todos los amigos minuscules quienes nos están permitiendo posar nuestras patitas historietiles en suelo galo.


En Le Monte en l'Air, nuestros colegas Dolo Ockeki, Pedro, Sergio Aquindo y Julián. Al lado el gran Fran, el periodista Olivier Gautier y Carloncho chamuyándose vaya a saber a quién.

Al otro día, el sábado, nos fuimos hasta el canal Saint Martin para participar de la tercera edición de la feria de fanzines "Le DIY Boogie" organizada por la gente de Disco-Babel y realizada en el Point Ephémère, un centro de arte alternativo muy interesante y acogedor. Fuimos guiados hasta allí por nuestro colega y viejo amigo Jacques "Mono" Mouton y sus incorregibles cómplices de Strategie Alimentaire. Ahí pudimos conocer a mostritos del ambiente under parisino como la retro y bella Taga y los vecinos de stand de Popay, que se coparon con el mate provisto por Fran y Seb. También vimos instalaciones y hasta un cantante inglés -rara mezcla de Moby y Prince- que dió un show bizarrísimo justo al ladito del stand Minuscules/LP. Allí también flameó la bandera néstor en la crema de la modernidad europea.



Un aviso de historieta en el metro de París. Nuestra Señora de Notre Dame, volveremos.

En fin, luego de ese finde dedicado a la historieta, nos abocamos a disfrutar de nuestras últimas horas parisinas. Ese mismo sábado nos mandamos una fiestita en el depto de nuestros amigos Miguel Georgieff y Claudia Hernández (quienes me dieron alojamiento con amor total). Allí en la Villete, festejamos bailando y bebiendo el haber estado en París. El domingo continuamos la despedida con un aperitif (una gran costumbre francesa) en un barcito del canal Saint Martin con todos todos los amigos. Pero la coronación de despedida fue el lunes, poco rato antes de subir al avión, cuando nos juntamos a almorzar con el Grand Prix de Angoulême, nuestro maestro y amigo José Muñoz. Durante más de tres horas, charlamos con Don José tantas cosas que sería imposible transmitirlas aquí, pero les digo que luego de esta reunión (y luego de toda la buena estrella que nos acompañó en todo el viaje) la historia de La Productora y la France recién comienza. En principio, la perspectiva de la incursión de nuestra historieta en el festival más grande de Europa es la mejor posible. Con Muñoz en la presidencia de la edición del año que viene, toda la historieta argentina tiene una oportunidad única de reposicionarse en el gran mercado de la BD. Ojalá. Haremos fuerza para eso. Gracias, querido José, por tanta generosidad y por ser el mismo artista genial lleno de solidaridad para con sus compañeros.


José Muñoz nos regala un souvenir.

Para concluir esta crónica, quiero agradecer eternamente los cuidados intensivos de Fran y Hortense, de Mig y Clau, de Seb y Raphaelle, de Jacques, de Irina y de Caroline, quienes nos regalaron toneladas de cariño y fueron guías de lujo en nuestros increíbles días en la Ciudad Luz. A todos ellos y, como siempre, a Uds., gracias por el aguante y por leer y estar.

¡Salud!
Cristian

8 comentarios:

cristian mallea dijo...

Bueno, amigos, disculpen la demora, pero por fin terminé este diario de viaje. La tardanza se debió a que no tenía fotos de París, que nos ha ido mandando nuestro amigo Miguel Georgieff desde el viejo mundo. Revisando las fotos que quedaron afuera, noto que hay algunas imperdibles y que creo que uds. disfrutarán, así que pronto subiremos algunas para que vean. Gracias por la paciencia y por leernos.

cristian

Anónimo dijo...

Bueno, acá se me terminó el viaje. Que se le va a hacer, espero volver.
Con mis pies o con los tuyos.
Un abrazo grande!

Juampa Camarda._ dijo...

Mallea creo que ya estara al tanto de su arrollador triunfo en la muestra a la que se lo invitó.

mis felicitaciones por el triunfo y por dejar a perez santos en 3er lugar... je!

lo invito a pasarse por el blog del circulo que pococ a poco va conquistando corazones ciberneticos...

y el mio... que por el momento no conquista mucho que digamos pero intenta.

http://circulosencuadritos.blogspot.com/

Rodrigo Terranova dijo...

Mallea, el año que viene no te para nadie en Angouleme.

Muñoz es zurdo, mirá vos.

Brian Janchez dijo...

sonn mi heroes.
brian.

cristian mallea dijo...

Voy uno por uno...
Guille: Gracias por interpretar el mensaje con exactitud, esto ha sido para todos no solo para los elepés. Tus palabras me pagan todo.

Juampa: bueno, como verás en el posteo siguiente, me siento agradecido y muy honrado por lo acontecido en Mendoza. Lo siento por Damián, pero ahí estuvimos igual, juntos, que es lo que importa. Saludos a los pibes.

Rodro: Qué observador, compañero. Yo me quedé un rato largo mirándolo al maestro dibujar con la zurda, casi no le saqué la foto. Y en Angoulême 08, con Don José al frente y si, dejando egos y rencillas, se une la paisanada, a los argentinos no nos para ni la OTAN.

Jánchez: aprenda a escribir, men. A propósito -y para que vea que no todo es tirón de orejas para Ud.-, disfruté su libelo sobre Firpo, lo felicito.

Brian Janchez dijo...

grasiaz, mui hamavle.
brian.

Rodrigo Terranova dijo...

Esta crónica apasionante no termina acá.
Sigue en cada periplo que Mallea emprenda, y conociendo cómo le tira el camino, seguro que pronto habrá crónicas nuevas.

Abrazo para usted, don Cristian.